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Psicología canina o entrenamiento… ¿Cuál es la diferencia?

Actualizado: 21 feb

Eve Torres es Dog & Human Relationship Coach, entrenadora de perros profesional certificada con más de 6 años de experiencia y fundadora de Holy Doggie. Completó el programa de Psicología Canina de César Millán (TCW) y también es sanadora energética, meditadora certificada de Oneness y guardián de 6 perros.


Aunque el problema de la sobrepoblación y el abandono de perros en Puerto Rico parece no tener fin, en los últimos años hemos progresado en algunos aspectos. Hoy vemos una sociedad con más lugares “pet friendly”, “dog parks”, y más guardianes buscando ayuda profesional para poder tener mejor control de sus perros y poder disfrutar de estos espacios. Sin embargo, en cuanto a escoger el servicio correcto para tener un perro balanceado y desarrollar una relación humano-canino en armonía a largo plazo, todavía queda camino por recorrer.


Los perros son animales, que aunque logran adaptarse muy bien a nuestro mundo, son de otra especie y con necesidades particulares. Cuando adoptamos o compramos un perro, no importa las razones o la percepción que tengamos del asunto, estamos integrando un animal instintual a nuestra familia humana, que cambiará la dinámica y requerirá de nuestro compromiso de tiempo y dinero por 15 años o más. Educarnos sobre la especie es vital para poder satisfacer sus necesidades y guiarlos correctamente. 


Una de las razones más comunes de abandono de perros en la Isla es el problema de comportamiento; ladra en exceso, jala de la correa, hace sus necesidades en lugares no deseados, rompe, es reactivo o agresivo, por mencionar algunos. Un perro que logre portarse bien dentro y fuera del hogar, es un perro que va a tener mayor probabilidad de quedarse en ese hogar. Pero para lograr esto, el perro depende en gran mayoría de su guardián y muchas veces cuando ese guardián busca ayuda profesional a través de un entrenador, no tiene claro lo que su familia interespecie necesita ni expectativas correctas del servicio. 


El entrenamiento de perros es una disciplina creada por humanos para controlar el comportamiento canino. Se enfoca en su lenguaje corporal y busca generar ciertos comportamientos a través de técnicas de condicionamiento. Un entrenador puede crear asociaciones entre palabras/comandos/gestos y comportamientos naturales del perro como sentarse, acostarse, quedarse quieto y/o enseñarle tareas más complejas, dependiendo del tipo de entrenamiento. Muchos guardianes piensan que este profesional cambiará al perro para siempre con una varita mágica y que al reconocer comandos, su perro ya no tendrá problemas de comportamiento. Y esto está muy lejos de la realidad.  


El entrenamiento canino puede ayudar a que un guardián tenga un conjunto de palabras para comunicarse mejor con su perro.  Sin embargo, el enfoque de estos servicios en gran medida es en el perro, no en la relación del humano con el perro. Muchos de los programas de entrenamiento no incluyen clases para el guardián o muy pocas, y el objetivo es que sepa cómo pedir los comandos o tareas que el perro aprendió en el curso. Por eso es bien común ver perros que responden muy bien a comandos básicos o incluso han completado dos y hasta tres programas de entrenamiento y los problemas de comportamiento continúan.


Cuando trabajamos con un perro desde su psicología, nos basamos en las leyes naturales que rigen las dinámicas de su especie: cómo el perro interpreta el mundo, su entorno,  las acciones de su guardián, cómo aprende, cómo se comunica y lo que necesita para lograr un estado balanceado. Un experto en comportamiento canino que basa sus servicios en principios de psicología canina busca entender el estado mental del perro, para poder dar con la raíz del problema y ayudar al humano también.  Puede evaluar el tipo de energía de un perro, más allá de si es alta, medio o baja, para saber cómo deben ser las interacciones de su guardián, herramientas de entrenamiento y experiencias adecuadas que le ayudarán a educarlo, progresar lo que ya sabe o rehabilitar al perro.  


Un estilo de entrenamiento, collar, exposición o correcciones a las que sea sometido un perro  en un programa de entrenamiento pueden llegar a ser inefectivas o incluso traumáticas si el entrenador no toma en cuenta la naturaleza de la especie y no lee correctamente el estado mental y la energía de ese perro particular y/o no tiene experiencia trabajando el problema de comportamiento que exhibe. Seleccionar un profesional de comportamiento canino no debe basarse en precio o en su alcance en redes sociales principalmente, sino en su conocimiento, enfoque y sobre todo experiencia; entendiendo que será una guía para el guardián quien deberá continuar practicando y progresando la relación con su perro de por vida. 





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