Siempre he sido "animal lover"; y aunque había tenido varios perros no tenía uno desde que me mudé de casa de mis papás pues ellos secuestraron a Dolce Cloé (yorkie) y a Pinky (chihuahua), mis primogénitas. Después me casé y en vez de un perro adopté una hijastra que amo demasiado y para mi suerte ella también es "animal lover" (¿Será porque la críe? jaja).
"Fast forward" a la pandemia la nena se sentía sola (es hija única) y ella, al igual que yo, siempre había querido un perrito en casa. Aunque ya tenía en casa de la abuela y de su mamá, pero así somos los amantes de animales, nunca podemos tener demasiados. Aunque mi esposo no estaba muy convencido en la casa habían aparecido varias iguanas y serpientes así que él pensó que un perro ayudaría a espantarlas. ¡Gracias reptiles! jaja
Yo aún estaba de luto por Dolce Cloé que murió en el 2019 a sus 13 años y juré que no tendría más perros para no sufrir igual. Pero "por diversión" y como quien no quiere la cosa me puse a seguir varias páginas de rescates y todos los días me enamoraba de uno o varios perros. Yo estaba acostumbrada a perros pequeños pero mi esposo quería un perro mediano a grande. Entonces lo vi, en un story de El Foster Club… un "puppy" llamado Paul color marroncito y unos ojos verdes expresivos tipo "sad Sam" con "sticker" que decía “Adopt Me”. Esa noche tirá en el sofá viendo tv con mi esposo le enseño y le digo, ¡Este es mi perro! ¡Fue amor a primera vista!
Hicimos todos los trámites necesarios, llené solicitud, contesté mil preguntas, envié fotos de mi casa, me entrevisté por teléfono y hasta firmé un contrato. Entonces una noche de cuarentena (mi esposo tenía covid) me llaman que si podía recogerlo al otro día.
Así que ni dormí, recuerdo que esa noche leí mil páginas sobre “puppies”, abrí una cuenta en PetSmart y ordené todo lo básico para "pick up" en la mañana y al otro día arranqué a buscarlo a su "foster home".
Llegué a Condado donde lo estaban cuidando y en cuanto lo abracé supe que ya era una “Motherpupper”. Un bebecito de 2 meses que había nacido el 27 de Agosto de 2020 mientras su mamá perruna y rescatada estaba de "foster". Él era tal cual me lo habían descrito, ñoño, faldero, cariñoso; todo un amor. Demás está decir que no sirve para coger las iguanas ni las serpientes porque es super cobarde además es un “perrito de interior”.
Llegué emocionada a la casa, la nena estaba en clases virtuales así que mi esposo le pidió que saliera a buscarle algo y mientras ella venía por el pasillo yo subía con Paul (aún no le teníamos nombre). Entre llantos, besos y abrazos lo recibió y después de un “brainstorm” de 15 mins la nena decidió llamarle Milo y yo escogí el segundo nombre, André. André tiene una razón de ser pero eso es un cuento para otro blog.
Luego de año y medio, nos enamoramos de una "puppy" y pensamos que Milo disfrutaría una hermana así que adoptamos a Mila Zoé. Si quieres conocer su historia está pendiente a mi próximo blog.
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